Hace no muchos años,
disfrutábamos de una alimentación sana y natural. Todavía no existían los
alimentos transgénicos ni los aditivos.
Con el tiempo y la
evolución, se fueron añadiendo sustancias para conservar, colorear y dar un
sabor distinto a los alimentos con el fin de hacerlos más atractivos a los
consumidores.
La finalidad de utilizar
estos aditivos es puramente económica. Los productos tienen que resultar
atractivos a la vista y al paladar además de conservarse el mayor tiempo
posible sin estropearse.
Hay que mirar bien las
etiquetas de los productos que consumimos.
Un producto natural caduca
antes pero no debe contener ni colorantes ni conservantes.
Muchos de los utilizados en
alimentación provocan reacciones alérgicas, diarreas, problemas cutáneos,
vómitos… además de producir
enfermedades.
A continuación os exponemos
un listado de algunos de los más utilizados en la industria conservera y
alimenticia.
E102
Tartrazina. colorante amarillo artificial. Pertenece al grupo de los
colorantes azoicos.
Alimentos: Productos de pastelería y pescados.
Toxicidad: ALTA. Es peligroso. Puede producir asmas, alergias y eczemas, si se mezcla
con analgésicos como la aspirina por ejemplo.
E103
Crisoina S. Colorante amarillo. Artificial. Prohibido desde
1978 en todos los países del mercado común.
Alimentos: pastelería y helados
Toxicidad: Peligroso, especialmente para los niños.
E111
Naranja GGN. Colorante anaranjado artificial. Prohibido
desde 1978 en todos los países del Mercado Común
Alimentos: caramelos, helados y pastelería.
Toxicidad: Peligroso,
especialmente para los niños No usar.
E120
Cochinilla o ácido carmínico. Colorante rojo carmín.
Alimentos: sidras, vermuts, aperitivos.
Toxicidad: Muy peligroso, Se han detectado en experimentos hechos en ratas y una
disminución del crecimiento y proliferación del tejido del bazo en los conejos.
Produce hiperactividad en los niños.
E121
Orcilla. Colorante rojizo que se extrae de los líquenes pero que también se
obtiene por síntesis.
Prohibido desde 1978 en todos los países del
Mercado Común.
Alimentos: sopas preparadas, potajes, pastelería y galletas.
Toxicidad: Peligroso.
Alimentos no recomendados:
Harinas refinadas. Las vitaminas, minerales, proteínas y fibras que
contienen los granos de las que proceden, les son extraídos en el proceso de
refinamiento.
Azúcar blanca. Tiene un altísimo contenido en calorías
y ningún valor alimenticio. Las vitaminas, calcio, hierro y minerales
de la caña de azúcar le son extraídas durante el proceso de refinamiento. Para
ello se utilizan sustancias químicas como el ácido fosfórico, sulfito
de calcio y carbonato de sodio.
Aceites y grasas refinadas. Son productos desnaturalizados sometidos a
procesos como el de hidrogenación que destruye los ácidos
grasos esenciales. Impide que el aceite se ponga rancio fácilmente
se elimina sabor y olor, se clarifica y se ofrece un producto final casi
transparente, así puede venderse sin problemas de almacenamiento para beneficio
de fabricantes y comerciantes.
Productos enlatados. A la mayoría le añaden conservantes y aditivos químicos
que perjudican la salud y el envase, la lata en sí, contiene plomo y puede
sufrir deterioros o alteraciones que afectan al producto.
Queremos terminar este post sin alertar
demasiado, solamente poniendo un poco de más consciencia a la hora de
comprar los alimentos que vamos a consumir para disfrutar de mejor salud y,
como decía Hipócrates:
"Que tus alimentos sean tu medicina,
que tu medicina sean tus alimentos "
¡¡¡ Feliz Semana !!!
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